Octava Parte.-
*Verde=Kagome - Rojo=Inuyasha - Morado=Miroku - Rosa=Sango - Azul Pálido=Shippo*
*Gris=Kikyou - Azul=Kaede - Café=Kohaku*

Sango, Miroku y Shippo, entierran a Kohaku al lado de la tumba de su padre, rezan por él y regresan a la casa de la anciana Kaede.

-Sango, monje Miroku, Shippo, Kirara, ¿Cómo les fue?-

-Bien señorita Kagome, tome, aquí está el último fragmento de la perla de Shikon.-

-Gracias monje Miroku, Sango… gracias.-

-No te preocupes kagome, él ya no pertenecía a este mundo.-

-Bueno ahora unamos los fragmentos.-

-Si anciana Kaede.-

Al decir esto, Kagome le entrega a la anciana Kaede, los 3 últimos fragmentos, y los une a la perla, era impresionante, verla unida otra vez, causaba en ellos una sensación tanto de felicidad como de nostalgia, que les depararía el futuro ahora que no podían seguir juntos, o quizás si, pero no era ningún tipo de responsabilidad mayor, que harían de ahora en adelante con sus vidas… Eso estaba por verse.

-Anciana Kaede, y ahora que haremos con la perla, sino hacemos algo, vendrán más demonios a buscarla, y esta aldea peligrara.-

-Sí, excelencia tiene usted razón, pero no sé que podremos hacer con ella.-

-¿Kagome tendrá que protegerla como lo hizo Kikyou?.-

-Es que eso es lo que no queremos, no queremos que corra peligro, ni mucho menos que este forzada a renunciar a todo por la perla.-

-Yo tengo la solución a todo esto.-

-Ya me habías dicho algo así, pero ¿que es Inuyasha?-

-Yo sé a lo que se refiere, quieres convertirte en un demonio completo ¿no es cierto? Siempre ha sido tu sueño.-

-No, no es eso, si yo le dije lo mismo.-

-Exacto, no es eso, algo ya le había mencionado a Kagome.-

-Pero entonces ¿Qué es Inuyasha?-

-Quiero… yo quiero…-

-Quieres, pero ¿Qué quieres?-

-Espera antes que contestes Inuyasha yo quisiera hacerte una pregunta.-

-a ¿si?-

-Sí, pero en privado.-

Inuyasha y el monje Miroku salen de la casa de la anciana Kaede.

-¿Qué me quieres preguntar Miroku?-

-Bueno es fácil ya te debes de imaginar, ¿Qué sucedió con la señorita Kagome cuando nosotros no estábamos?-

Inuyasha no pudo evitar ponerse un poco rojo y algo incomodo con la pregunta.

-Yo pensé que nos habían estado espiando.-

-No, como se te ocurre tal cosa, tenemos principios Inuyasha.-

-Lo digo por el comentario que le hiciste a la anciana Kaede.-

-Ah, por eso, no fue solo un instinto.-

-Si claro.-

-Pero ya, respóndeme Inuyasha.-

-Pero ¿para que quieres saberlo?-

-Pues no es evidente, lo que decidirás esta directamente relacionado con lo que haya pasado con la señorita Kagome, ¿o me equivoco?-

-Miroku tu como siempre metiéndote en la vida de los demás.-

-No es así, solo quisiera saberlo.-

-Pues no te lo diré, así de simple.-

-Inuyasha, con el orgullo no ganaras nada, lo que tienes decidido es convertirte en un humano completo, para poder estar con la señorita Kagome, ¿no es así?-

Inuyasha, ya estaba totalmente rojo, y no era por su kimono.

-Ya lo sabías, no tenía por que habértelo dicho.-

-Pues la verdad no lo sabía, solo estaba suponiendo y tiré una idea al aire, pero gracias por cerciorarme lo que había ocurrido.-

Miroku le pega una palmadita en la espalda a Inuyasha, y este a su vez estaba furioso, ahora ya no estaba rojo de vergüenza sino rojo de ira.

-Miroku, ¡¡me las pagaras maldito monje pervertido!!-

Miroku ya había entrado a la casa de la anciana Kaede, cuando Inuyasha dijo esas palabras, pero este lo siguió.

-Ya sé lo que ha decidido Inuyasha, si él no se atreve a decirlo, lo diré yo.-

-Eres de lo peor Miroku.-

-Al contrario te estoy ayudando.-

Los demás no entendían nada de lo ocurría, y sus caras lo demostraban fehacientemente. Pero de la nada Kagome comienza a sentirse muy mal, claro que algo se imaginaban, por que ella había agotado todo sus poderes espirituales en la pelea, se veía realmente mal en ese estado.

-¡¡Kagome, que te ocurre!!-

...