Esta vez, he querido escribir sobre nuestro querido docente, aquel que ha dedicado su vida al aprendizaje de otros, aquellos que cuando entraron a estudiar docencia lo hicieron porque creyeron que así cambiarían el futuro, creando capacidades de razonamientos diferentes, ya sea inculcando sus valores o sus creencias, siempre pensando en el futuro del otro, siempre dándolo todo para que sus alumnos fueran unas grandes personas el día de mañana. Por todo lo mencionado anteriormente quisiera darle las gracias a todos los profesores que he tenido a lo largo de todos estos años, a aquellos que me han ayudado, a aquellos que se han esforzado para que nosotros fuéramos gente con un pensamiento fuerte y decidido, gracias a aquellas personas que han estado a lo largo de toda mi vida, apoyándome, ayudándome a entender el porque de las cosas, a usar mi cabeza; y sobre todo gracias a aquellos profesores y profesoras que estuvieron en los comienzos de mi vida, enseñándome a leer, a escribir, enseñándome las figuras, las respuestas, las preguntas y sobre todo el vivir diario.

Gracias profesores, profesoras, directores, directoras, docentes en general, por hacer de mi vida y de la vida de todos un mundo de conocimientos entregados por ustedes, que han dedicado su vida a otros, por el bien de otros, que han sacrificado más de alguna vez su propia familia por sus alumnos, ya que para ustedes su familia en su hogar no es la única, sino que su curso en un establecimiento también lo es.

¡Muchísimas Gracias!

*En la foto mis profesores y profesoras del colegio CEDI, gracias por estar en mis primeros años.